Cuando no es no, únicamente te queda abandonarte al sí porque sí, por un absurdo similar. Pero siquiera yo estoy deacuerdo con esa afirmación. Hoy el sí vino de la mano del arte. Me ofreció su mano izquierda; la que tapaba mi sexo y acunaba mis dientes dentro de esta boca de vientos y derrotas.
Me llevó con el rostro pintado, a recorrer todas sus ramas en flor, hablándome solo de la muerte. Bósque perdido de álamos, respira, definitivo, cierto y mentira.
Echa a correr
Desordenada habitación.
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