jueves, 12 de marzo de 2015

Leyes

Me defino esta noche, de la mano de mi ego atragantado en el ayer, como una ignorante. Pequeño animalillo que aún no entiende que saltar llorando, es posible. He caminado y atravesado bosques de dudas con 7 libros a mi espalda, uno por día. Conozco las normas y recomendaciones de todos mis doctores, los que me ven a diario y aquellos que simplemente tratan de iluminarme de parábolas.

Y luego está esa afición por dilatar los límites, a ver dónde se rompe la cuerda. Y no, tampoco soy "de esas" que les gusta llevar el paso cambiado, a ver si al final todo se agrieta... Sé que las cosas deberían hacerse justo al contrario, pero no. No; porque no me niego al sufrimiento, porque es el cielo el que persigo, pero toca ser paciente y aprender a presionarme solo la arteria que riega esta caida. Y eso es todo.

Mientras tanto, supongo que solo me queda ayudarme a ser menos masoca, a olvidarme de las culpas que clavaron en mis talones y sonrreir, porque yo soy una ignorante, pero alguien sabio me grito un día: Si lo amas, déjalo libre.

Belleza en las ruinas,
mis heridas infectadas.
Belleza en el vuelo de aquel cuervo,
sueño que acaricia mis antiguas carcajadas.

Día de crear leyes, leyes rígidas que calzarme  todas y cada una de las mañanas. Día a gota, verso a entraña.

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