domingo, 14 de septiembre de 2014

Aire dormido

Si sigues la corriente al vacío, te encontrarás con rocas que cortan, tiburones sedientos de tus penas o trombas marinas que te perderán aún más. Pero también hay barcos que rescatan, islotes en los que descansar un tiempo, islas que aparecen y aún están sin explorar, también hay continentes enteros.

Pensé cientos de veces en volver, en volver y volver, volver a volver...
Pasé un trillón de pasos volviendo, concentrada en el miedo a caer, mientras giraba sobre mis tres ejes en torno al mismo abismo. Cerraba los ojos con fuerza temiendo que un día al abrirlos no pudiese ver los grises en favor de la fría nada del blanco y negro.

Me gusta hablar en pasado cuando hablo de mi presente, a veces siento que ya lo voy dejando atrás cuando a penas comencé a aceptarlo. Sin embargo, no caigas en el error, no me juzgues, no trates de desentrañarme si aún no te abrí paso a mis heridas. Puede que sea éste el único favor que te pida, solo acompáñame, llévame de la mano, mas déjame que yo también te guíe desde mis brazos, aun sentados...



Frío; 
hace tanto frío 
que no puedo más que arder. 
Estallará; 
mi boca estallará 
en dulce de esmeraldas, en pájaros y espinas, y un paso se abrirá. 
Y yo me iré 
como el humo al aire que no podrá volver, 
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel, 
seré mi propio padre y así voy a aprender 
que irse es volver a volver. 

Afuera, 
afuera solo el mundo, 
puro aire para brujas y un tiempo que está y se fue. 
Así, 
con vértigo y vacío, 
con mi cuerpo que es mío no me faltará nada 
porque yo me iré como el humo al aire 
que no podrá volver, 
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel, 
seré mi propia madre y así voy a aprender 
que irse es volver a volver 
y a volver 
y a volver 
y a volver.

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