domingo, 14 de septiembre de 2014

Aire dormido

Si sigues la corriente al vacío, te encontrarás con rocas que cortan, tiburones sedientos de tus penas o trombas marinas que te perderán aún más. Pero también hay barcos que rescatan, islotes en los que descansar un tiempo, islas que aparecen y aún están sin explorar, también hay continentes enteros.

Pensé cientos de veces en volver, en volver y volver, volver a volver...
Pasé un trillón de pasos volviendo, concentrada en el miedo a caer, mientras giraba sobre mis tres ejes en torno al mismo abismo. Cerraba los ojos con fuerza temiendo que un día al abrirlos no pudiese ver los grises en favor de la fría nada del blanco y negro.

Me gusta hablar en pasado cuando hablo de mi presente, a veces siento que ya lo voy dejando atrás cuando a penas comencé a aceptarlo. Sin embargo, no caigas en el error, no me juzgues, no trates de desentrañarme si aún no te abrí paso a mis heridas. Puede que sea éste el único favor que te pida, solo acompáñame, llévame de la mano, mas déjame que yo también te guíe desde mis brazos, aun sentados...



Frío; 
hace tanto frío 
que no puedo más que arder. 
Estallará; 
mi boca estallará 
en dulce de esmeraldas, en pájaros y espinas, y un paso se abrirá. 
Y yo me iré 
como el humo al aire que no podrá volver, 
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel, 
seré mi propio padre y así voy a aprender 
que irse es volver a volver. 

Afuera, 
afuera solo el mundo, 
puro aire para brujas y un tiempo que está y se fue. 
Así, 
con vértigo y vacío, 
con mi cuerpo que es mío no me faltará nada 
porque yo me iré como el humo al aire 
que no podrá volver, 
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel, 
seré mi propia madre y así voy a aprender 
que irse es volver a volver 
y a volver 
y a volver 
y a volver.

jueves, 11 de septiembre de 2014

TERCER DÍA: Pequeñas reflexiones en escapes de rutina



Tras caminar todo el día a la carrera de la cordialidad, sonriendo francamente solo cuando dejo que mi cabeza imagine estar en otras compañías, al fin logro escapar de la civilización y me siento absorta a observarla... Un violinista suena de fondo, toca en una esquina a mi derecha. Él nota que es un factor determinante para que haya elegido justo ese lugar para abstraerme, me mira fijamente esperando que vaya a dejarle unas monedas a cambio de su mirada sonriente, desesperadamente forzada.

Todo el mundo tiene circunstancias.
Acostumbro, pensamos a menudo,
que todos nuestros dilemas,
nuestra situación personal es
tan relevante que olvidamos el ahora...

Qué manía de no dejarnos pensar sintiendo...
Todo el tiempo rumiando,
juzgando, haciendo balance de
beneficios y pérdidas,
virtudes y defectos.


Luego en la otra extremidad
encontramos el acumular
sin resolver...


¿Qué hay aquí del punto medio?
Hay que tomar decisiones...
Cuando salimos de nuestra zona
de confort perdemos el calor
de hacerle el amor cada noche
a nuestro presente;
ganamos sin embargo una infinidad
de nuevas causas por las que seguir
besando nuestro ahora...

Cuestión de decidir, sin arrepentirnos
tal vez,
puede que ahí esté nuestro punto de inflexión...
Abrazar nuestras decisiones como si las
hubiese tomado otra persona, alguien a quien amamos
y a quien deseamos un futuro lleno de vida,
estabilidad y fiel a su concepto de felicidad.


Vivir en el ahora, con la perspectiva del amor por bandera.


Hasta el momento no tengo claro mucho más...
Sin embargo, a mis 20 años tampoco creo que sea justo
regañarme por no encontrar mi camino en una
vomitona narrativa.
El objetivo es besarlo, el hoy, a quienes me acompañan estas horas,
estos meses, a mis errores y mis decisiones más acertadas.
Intentar vivir cada día siéndome fiel y dejando los dolores de cabeza
a una buena meditación.

Vomitona de una noche de verano

03-09-2014
(22:57)   
Sala 24 horas.

Siento agobio. Me falta el aire y el arte. No sé aun cómo afrontar "esto".

Es tan dura la decisión, es tan drástica la ley... Ya no hay espacio, nos quedamos sin tiempo para crear excepciones a expensas del futuro.

Hemos llegado al final de la U y nos sobran los motivos.
Supongo que es necesidad de motivos por lo que veo tan claro que siento terror por asomarme de nuevo a "ysilandia".

Es tanta la atracción hacia el vacío. Y es por eso que se que manda el apego del qué sentirá; qué hay de su ser y estar...


MIEDO A LA NOSTALGIA. A olvidar la asfixia y sustituirla por una hipoxia aún peor.

No me siento capaz.
Es como no querer,
cuando pienso,
cuando sueño.
Cuando recuerdo el futuro...
Aun sin poderme separar del pasado.


Todo tiene su por qué,
no te creas más lista que tu yo del pasado.


Y luego pienso en sustituir lo imposible por lo insufrible para acabar en la misma puta esquina del colchón,
pero sin él...


Duele. "Abraza el dolor" y abrirme a un futuro que aún no sueño, que aún no controlo. Ha de ser mi inspiración.

Respira,
respira.
Más lento.
Siente como el verde vida rejuvenece tu ilusión.


Experimenta,
deja las cadenas de tus músculos al momento.

Ríete,
aun cuando quede solo el recuerdo del tal vez.
Siempre queda, hay tanto por sentir...

Maldito apego,
estúpido miedo.


Qué manera de renunciar más absurda.


Duele tanto!
Duele.
Me duele.


Duele como si jamás
lo pudiese llegar a dejar en paz.
Quiero calmarlo
y despertar sin legañas de su eco.


No todo en el mundo ha de tener un sentido que debamos comprender ahora.


Es tan complejo.


Sin embargo respira.
Aun queda mucho
aire fresco.


Transforma la creatividad en un mundo nuevo.


Es tanto lo aprendido,
el sol y la luna.
Los vistes tan tiernos en su jugo de miedo
a sentirlos y perderlos...


Es todo un ciclo.
Como si tratase de darme consejos.


Supongo que no es tan raro que lo busque si al fin y al cabo no sientes en unión a tu deseo con tu instinto de supervivencia.


Existencia en su doble filo.


Aun queda mucho.





Respira.