domingo, 27 de octubre de 2013

Just sharing

Bienvenidos,
Pon a calentar algo de agua para un té. Mientras, bueno... mientras, ¿Recuerdas esa vela que tanto temes gastar? Esa, enciéndela. Olvídate de los alógenos por un rato. Tira unos cojines al suelo. Hazte con unos buenos cascos y relájate!
Pd. No olvides esa taza de té.

A veces con los ojos abiertos... la fotografía es preciosa. Hay días que prefieres que su voz erice cada uno de tus poros por sí sola. Depende, ya sabes...




4:07 - 4:12 y su sabor.
Los pequeños detalles.

"Todo cambia y nada permanece"

Cuesta aceptar el cambio. Dicen y acato que es una de las características más personales del Ser Humano. Desde luego Darwin estaría de todo menos orgulloso, tantos meses en un útero para que seamos la especie con "mayor capacidad de adaptación que haya existido". Desde luego, buen chiste.
Nos encanta. Disfrutamos de aquel "esa gran especie". Mas jamás llegamos a dejar de ser esos pequeños monitos que se enrabietan cuando se dan cuenta de que su hermano le acaba de quitar el último plátano de la rama. 


Se rasga. 
La rutina de promesas 
inmediatas de mis labios; 
las sonrisas dirigidas; 
los planes a largo y corto plazo. 

Se cambia.
La lectura al descansar;
la maleta de su mano;
las postales sin mandar.
El centro de mi universo al navegar.

Y así, se pierde.
Eso dicen sin cesar.

Que me quema la fricción,
que marea tanto giro,
y que siento su dolor.

Pero cómo puedo 
al tiempo,
sentir que me mueve 
una pulsión.
Que mis pies no van
sino bailando con mi latido,
al son.

Que ojalá nada cambie,
que nada deje de cambiar.

viernes, 18 de octubre de 2013

Como un dardo contra un globo de pintura



Es un roce, dicen. Tan solo un roce. Avanza lentamente. Una onda cuidadosa, se contonea asegurando que no queda hoja, espina, ni milimétrico grano de arena sin besar. Un roce, está llegando. Ves cómo la imagen deformada tras el velo de textura acuoso, se aproxima. Te toca. Aire, fluido incompresible. Se choca contra tu cuerpo, rebota buscando continuar su trayectoria, más corretea por tu hiel. La imagen se queda congelada. Tus ojos se mueven más rápido que nunca, cada color, cada milímetro poroso, todo aquel calor acaricia cada resquicio de tu piel. Te atraviesa... Entra de lleno y elegante te sonríe omnisciente, marca su esencia en ti, para siempre. Es una micra en tu pajar. Pura energía condensada en un grano de pigmento, es vida en bruto que tiñe suave cada línea...
Mientras, las centésimas de segundo van avanzando, como diminutas gotitas por tus costados... Las ves marcharse, ya se van... Ya se han ido. 

Lo irradian. Vidas incandescentes, congelan el árido sol, enrojecen la gélida brillante. Independientemente anclados al revolotear de sus alas, de sus risas de a color. 

Bajo la lona tersa, buceando tras la flexible resistencia. Vitalidad.