Aun en el más recóndito de los rincones, nunca estás sola. Aún en el más transitado de los bulevares, solo tú ocupas el espacio de tus pisadas, tu trozo de frío asfalto. Ahora.
Cómo no sentirte desolado, incansablemente encadenado a tu separatidad humana; Jamás lograremos traspasar nuestra propia física. Jamás ocuparán ellos tu misma baldosa, caminas hablando, sonríes, te mueves, disfrutas, le miras, incluso os besáis, sois dos. Mas estás solo, estás sola. esos centímetros cuadrados donde sólo tú bailas, aunque sea de su mano, son mis caderas, son mis manos, es mi pelo, no existe
"nuestro espacio".
"nuestro espacio".
Sin embargo, no te equivoques, no hablo sólo de volumen, de la barrera de cemento cálido que me recubre. Un halo de teoremas y cifras rodean cada punta abierta de mi cabello, cada pestaña, cada hilo de piel muerta en las grietas de mis labios. Cada instante, todos mis movimientos cuentan mi historia, compartida, mas por tu parte, por su parte, nunca llegaré a poder recordar más que lo que yo sentí que tú viviste, que todos ellos fueron.
Sigo siendo sola.
No obstante, y a pesar de todo, sigo creyendo en la magia cada vez que una caricia provoca escalofríos en lugares donde jamás llegarán mis yemas, donde entra en juego la química.