lunes, 24 de septiembre de 2012

El arte de amar

El amor no es un sentimiento fácil para nadie. Todos tus intentos de amar están condenados al fracaso, a menos que procures, del modo más activo, desarrollar tu personalidad total.

La satisfacción en el amor individual no puede lograrse sin la capacidad de amar al prójimo, sin humildad, coraje, fe y disciplina. En una cultura en la cual esas cualidades son raras, también ha de ser rara la capacidad de amar. Quien no lo crea que se pregunte a sí mismo a cuántas personas verdaderamente capaces de amar ha conocido.

ERICH FROMM

La inutilidad de la teoría

Odio la teoría, odio saber lo que está mal, odio saber lo que está bien, odio no ser nunca capaz de llevar a cabo lo que intento, odio cada vez que tropiezo, odio cada vez que me pierdo, odio estar sola, odio depender de todo y de todos, odio que el optimismo cada 2 minutos se torne en el pesimismo más solitario, odio perder la ilusión, odio que al resto del mundo le de igual. Odio entenderlo todo, menos lo que necesito entender para continuar: Por qué no puedo continuar.

Te odio, os odio, pero sobretodo me odio. Aunque solo a ratos, lo cual también es odioso.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Lluvia

Mumford and sons - After the storm

Nos pasamos la vida esperando. ¿Esperando a qué? Esperando a ser mayores, esperando a terminar los estudios, esperando a la jubilación, esperando a independizarnos, esperando al verano, esperando al fin de semana, incluso esperando a tener un momento de tranquilidad. No nos damos cuenta que el momento es ahora. Si no nos hacemos conscientes de que no hay más momento que justo este minuto, justo este segundo, seguiremos esperando... ¿Esperando para qué? Esperando para decir te quiero, esperando para dar un beso, esperando para tumbarnos en el césped, esperando para ver esa peli, para leer esos libros, esperando para llamar a esa persona, esperando para empezar hacer realidad nuestros sueños... Y nos sumergiremos en los minutos más eternos... esperando a empezar a vivir.

Personalmente llevo toda mi vida esperando, hasta hoy. Hoy me he parado a escuchar como el agua golpeaba el cristal de mi habitación y he sentido envidia. Envidia de todas las plantas que vivifica el agua, del suelo que se masajea con el caer de las gotas mientras la corriente se lleva la suciedad; envidia de los pájaros que, refugiados en sus nidos, huelen la humedad mientras observan desde lo alto el rebotar de las lágrimas del cielo contra el suelo. De pronto sentí ganas de salir de mi refugio para notar el resbalar de las gotas por mi piel y desplomarme en el suelo si lo necesito, dejar que la corriente que desciende por la colina, serena y arrolladora a la par, me empape completamente y me limpie, acariciándome como lo hace con la arena y me torne hialina de a poquitos, hasta que me encuentre imperturbable y experimente que tras vaciarme, mis ojos se han inundado de quietud y firmeza. Entonces y solo entonces, encontraré la fuerza para levantar la mirada, advirtiendo que la lluvia ha cesado puesto que no ya no es necesaria. Que las plantas se han regado, las aceras se han limpiado y mientras, la tierra bajo mi mejilla y yo, nos hemos hecho una y hemos sentido la intensidad con la que late la vida.

Hoy es el día en el que me derrumbaré abatida y estoica para después levantarme, para poner orden a este Kaos de indecisión y deberes por hacer. Hoy es el día en el que dejaremos de agobiamos al ver cómo el tiempo se derrama continuamente, poco a poco, gota a gota.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Soberana de mi misma

No me siento libre. Nunca he sabido muy bien cómo empezar a redactar algo que me toca tan de cerca y que me es tan complejo incluso de comprender. Sin embargo, creo que no soy justa conmigo si no empiezo siéndome sincera: No me siento libre.

Desde que tengo memoria he estado escuchando infinitas opiniones sobre la libertad del ser humano. Hay quienes dicen que el ser humano siempre será un ser subordinado por las normas, y ya no solo hablo de normas políticas, también me refiero a la subordinación social; por otro lado los hay que opinan que la libertad del ser humano reside justo en poder ser dueño de sus decisiones dentro de unas normas establecidas y que muy lejanas de ser contra natura, son humanas y necesarias. Pero por qué aún no he oído a nadie hablar de la libertad del propio ser dentro de sí mismo, yo quiero ir mucho más allá, no me importa lo impuesto, o al menos aún no. Cómo se puede hablar y criticar la coacción de la libertad si aún no sabemos qué demonios es la libertad. ¿De veras nadie se ha preguntado a sí mismo si su "yo interior" es libre dentro de sí? ¿Somos dueños de nosotros mismos o estamos sometidos? Y no quisiera dar lugar a confusión pues no hablo de una encarcelación social de nuestros impulsos más primitivos. Aún quiero ir mucho más allá de lo externo:

Salgo a la calle y veo a gente que se enfada, llora, ríe, teme, siente tristeza, se preocupa, se vuelve eufórico, al momento "le da el bajón" y así vivimos, en un continúo remolino de emociones que nos llevan a adoptar conductas de un tipo u otro. Ahora bien ¿He decidido yo en algún momento adoptar esas conductas? En mi opinión no. No soy yo sino mis emociones las que hablan tras mis labios, las que actúan bajo mis actos, ¿Es esto ser libre? En mi opinión no. Bajo mi punto de vista el hombre no puede acomodarse bajo la premisa de ser un humano y por tanto poseer de forma inherente emociones que se tornan incontrolables. Hay incluso quien dice que las emociones que te arrebatan sin permiso el control de tu ser son "la salsa de la vida", momentos como el sexo o la euforia más extrema que te lleva a hacer locuras que bajo unos niveles normales de hormonas no habrías llegado a realizar ni en tu imaginación, podrían ser ejemplos de "esta salsa" Sin embargo qué ocurre cuando en lugar de llevarte a experiencias increíbles e inolvidables, el descontrol de tus emociones te hunde en la zanja más profunda y te cubre con el fango más asfixiante; no te permite continuar con tu vida, estancándote; te impide reaccionar ante una cierta situación, te lleva a realizar actos de los que finalmente te arrepentirás, qué pasa si este descontrol de emociones te lleva a hacer daño a personas a las que quieres o a ti mismo... ¿Sigue siendo "la salsa de la vida"? Bien, los defensores de esta parte siguen creyendo que "Es humano" y punto.

Por mi parte, me niego a pensar que no soy capaz de controlar cómo vivir, mis emociones. No creo que pueda elegir de quien enamorarme o a quien odiar, al menos por el momento. No obstante, si que creo que puedo ser soberana de mis sentimientos hasta el punto de no estar influida por ninguno de ellos en exceso de tal modo que sería por primera vez soberana al mismo tiempo de mis decisiones, de mi vida. Con esto no quiero decir que el humano deba convertirse en un ser psicópata insensible, en el punto medio está la virtud, en la serenidad reside la verdadera capacidad de focalizar. El hombre debe desacomodarse de su idea de que todo aquello que es inherente al ser humano no se puede modificar. Claro que se puede modificar, acaso no se puede alterar nuestro egoísmo, el cual, porcierto, también es inherente al ser humano, le pese a quien le pese. Me niego a pensar que no soy capaz de dominar mi propio cuerpo. Desde pequeña he tenido claro que yo no soy mis ojos, ni mis manos, ni mis pies, soy mi mente, y la mente es la dueña de mi cuerpo. Si somos nuestra mente cómo no vamos a ser capaces de ser soberanos de nuestras propias emociones. No quiero continúar tomando decisiones bajo un velo de emociones que no controlo.

"Emociones que no controlo" Esto me hace pensar que tal vez sea una vez más mi inseguridad quien está hablando por mi ahora, quizás lo único que trate de hacer es dominar el resto de mis emociones en un intento inútil de tener todo bajo control (seguro) porque la inseguridad, la emoción más poderosa de todas, me está dominando... O quizás el control de mis decisiones sea el único modo de aplacar mis inseguridades. Por el momento, me quedo con esta última, por el momento...


Control de mis emociones, control de mis decisiones. Libertad.




"La danza surge de la necesidad del hombre de expresar sus deseos y sus miedos, es algo inherente al ser humano. Las emociones más básicas se exteriorizan a través del movimiento, es el reflejo de la esencia misma de la persona, que utiliza su propio cuerpo para comunicarse, para entrar en contacto con el mundo que le rodea."
Lenguaje no verbal

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Jara

Las personas más increíbles son aquellas cuyo modo de ver el mundo difiere del que tiene la mayoría de la gente. Pero lo más increíble de todo es cuando encuentras a alguien con esta visión tan dispar que se parece tanto a ti que casi asusta.

" De 'aquí' somos muy parecidas" Jara.