El rostro se quiebra y
los pedazos separados
ante ríos
cada vez más
caudalosos,
gritan.
Silencio.
Cómo.
Cómo volvemos a juntarnos
como agua y arena en
manos y manos y
dedos enlazados que
sellan la grieta y
contienen
la ventaja
que nos lleva el verde.