sábado, 3 de agosto de 2019
En valor
Esta es una de esas veces en las que una frase simple se queda a dormir en mis oídos mientras paladeo en bucle su caricia por mi piel.
Pasan los días y no paro de pensar que mis emociones importan y yo ya he jugado suficiente a ser estoica. Me he vestido con la piel del otro, forrada de complacencia y vista baja, porque sé que puedo, sé cómo hacerlo... Diría incluso que creía que no me rozaban los descuidados agenos, "no pasa nada..."
Y se acabó. Mis emociones importan y a la de ya, cualquiera que no cuide de ellas se puede ir bien a tomar por culo.
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