El
equilibrio, mi pirámide invertida de expectativas descoloridas. Un día quise
probar, cómo sería eso de desaturar un poco la intensidad de mi “auto”exigencia,
y así los edificios comenzaban a vestir de verde encantado, los coches se alistaron
a una banda de músicos; pronto vendrían las mariposas recién levantadas, las
motas de polvo hacen reverencias a su paso; Nunca más se venderán gorriones en cajas de galletas, los animales se recreaban en paseos y partidas de cartas los domingos; Ya no compras, él no vende; ahora se escucha y se regala. Y qué si cambio el objetivo, y qué
si soy dueña de mi propia iluminación.
¿Y qué si te digo que es cierto?
El
color se conforma en ondas escurridas de las imágenes que estamos viendo,
cambiamos su esencia, al fin lo logramos. Sin embargo esta no es más que una de
tantas puertas que aún no hemos abierto… Pero ya no puedo volver a atrás, nunca
jamás volverá a ser ‘El mundo real’; y sin embargo, aquí hace demasiado frío
aún para vivir.
¿Qué
será ahora de mí? Tengo curiosidad, espero encontrar a más almas perdidas,
conducíamos demasiado rápido.